​El canto de los pájaros y la música tradicional humana tienen similitudes que abarcan su estructura rítmica y melódica, así como respuestas emocionales en ambas especies. Rothenberg et al. proponen que ambas formas de vocalización utilizan ritmos y tonos para evocar respuestas emocionales, creando expectativas y tensiones que resuenan en los oyentes (Rothenberg et al., 2014). Según Baptista y Keistera, la influencia del canto de los pájaros en la música ha sido documentada a través de numerosas composiciones a lo largo de la historia y en un gran número de culturas, no solo en el canto sino también en la instrumentación. (Baptista & Keister, 2005).

De igual manera, la resonancia emocional del canto de los pájaros y la música humana es otro punto de intersección. Rothenberg et al. proponen que ambas formas de vocalización usan variaciones rítmicas y melódicas similares a principios musicales como la expectativa, tensión, resolución y sorpresa, los cuales evocan una respuesta emocional ambas especies. (Rothenberg et al., 2014; Roeske et al., 2018).

De los pájaros observados durante el recorrido por el Brazo de Mompox y la Ciénaga de Pijiño se seleccionaron el toche (Icterus nigrogularis), el carrao (Aramus guarauna) y el martín pescador (Megaceryle torquata).  El contenido melódico y rítmico de sus cantos dictan gran parte de los recursos aplicados en el proceso de creación.